Argentina en Camino a Inventar la Anti-Ley de Gresham

En estos tiempos acelerados que vive y siente nuestra Argentina, tres meses de un nuevo gobierno reflejan el conocido efecto acordeón de toda política económica.

Si no alcanza con el DNU ómnibus o la ley de bases en sus diferentes versiones, aparece una propuesta de remonetización por demás significativa.

Sir Thomas Gresham (1519-1579) fue un financista que trabajó a las órdenes de Eduardo VI e Isabel I en Inglaterra. Por una casual forma de cambio de monedas en el país, en esos años y por indicación de Thomas, las personas se quedaban en sus casas con las monedas nuevas e intercambiaban con las viejas. Ello originó que no fuera posible quitar la circulación de la moneda vieja.

Se llamó a ese efecto con el nombre de su iniciador, Gresham.

En los tiempos modernos, y en latinoamérica, las monedas locales, de poder inferior al dólar americano, generan ese mismo efecto. Las comercializaciones para capital de trabajo, compra de insumos, pagos de sueldos, se realizan con la moneda local, mientras que las inversiones a largo plazo se establecen en dólares. De otro modo, se consume con la moneda local y se ahorra en la foránea.

En este sentido, la moneda mala es la local y, la buena, el dólar.

Pues bien, la propuesta del poder ejecutivo argentino1 implica cantidad de dinero local fija pero cantidad de dinero foráneo, dólares preferentemente, libre.

Este mecanismo, realmente innovador en un país con la tradición argentina, implica que siendo imposible emitir dinero por redescuentos a privados o monetización de déficit para el sector público, lo difícil de conseguir será el peso.

Con ello, y siendo que las necesidades diarias de las personas para su consumo se materializan hoy por hoy en pesos, la moneda que se quitará del ahorro, es decir, circulará, será el dólar.

Ahorro y consumo son los únicos destinos del dinero en cualquier país. Que el ahorro se aplique en alguna inversión es un comportamiento futuro, nunca presente. Lo único presente, es decir, no conjetural, es el ahorro o el consumo. Luego, lo que no se ahorra se consume y, por ello, es que Gresham aparecerá boca abajo.

En la lógica de la ley de Gresham, la moneda buena reemplazará a la mala.

Que la disponibilidad de pesos sea fija, implica que los procesos inflacionarios les quitará poder de compra y, con ello, la misma cantidad emitida de billetes cada vez será, en términos reales, menor.

Que día a día la cantidad de dinero alcance para menos transacciones implica que, en términos reales, esa cantidad sea menor.

Se fuerza una escasez que los argentinos nunca vivimos.

Día a día las personas verán que ese instrumento, el peso, el cuál crecieron despreciándolo, lo necesitan cada vez más.

Como contraparte, la disponibilidad de dólares se establece en un mecanismo libre, es decir, fluctuante. Como siempre será posible que esa cantidad se expande o no, de expandirse, el precio de relación entre los pesos y los dólares caerá como caerá la inflación.

¿Es esto magnifico?

Si los dólares ingresan, si.

Si los dólares egresan, no.

La única fuente forzada de dólares que aparecerá en escena son los que tienen los argentinos ahorrados, los famosos canutos, por tantos años donde comprar dólares no era mala salida.

Pero esa realidad, que los economistas llaman “ de stock”, irremediablemente se acaba.

Los dólares que puedan aparecer serán “los de flujo”, aquellos que provienen de la venta de productos al extranjero. Pero, y como siempre hay un pero, que el mercado sea libre implica que esos dólares podrán entrar como podrían no hacerlo.

¿Por qué los dólares de exportaciones podrían no ingresar?

Porque las empresas venden menos o a menor precio.

Ingreso de dólares requiere altas rentas y altas rentas implica costos bajos.

¿Es esto una convertibilidad o neo convertibilidad?

No, no lo es.

En una caja de conversión, la moneda local fluye al igual que la moneda no local. Más dólares implica más pesos. En este formato, base pesos fija versus reservas totales2 libres, cuanto más dólares ingresan menos pesos estarán disponibles. Irremediablemente esto lleva al indistinto uso de dólares y pesos para las transacciones, es decir, la economía se dolarizará de facto dado que la cantidad de pesos no crecerá.

¿Cómo lograr vender en este escenario?

Con precios que no se muevan o bajen y costos que siempre bajen.

Los costos fijos serán todo un problema y deberá el empresariado encontrar vías para transformarlo en costos variables.

Cuidar los pesos será muy importante.

1https://www.cronista.com/finanzas-mercados/milei-anuncio-una-reforma-del-sistema-financiero-con-un-sistema-anti-corridas/

2Reservas en poder del Banco Central y reservas en circulación en manos de los particulares.

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