Reazgos Monetarios en Argentina o el Reino de la Absorción Real Negativa

¿Existe un rezago de política monetaria en plazos de 18 a 24 meses?

¿Qué es eso del rezago?

Argentina se encuentra expuesta a una fenomenal contracción real, no nominal, de su moneda, el peso.

Eso significa que todas las personas tenemos que realizar nuestras compras y ventas con una disponibilidad de pesos decreciente.

Todo esto ¿por efecto de una teoría llamada de rezago monetario descrita originalmente por Milton Friedman1?

No.

En dicha teoría, que data de un lejano 1972, se indica que los excedentes de emisión generan efectos inflacionarios por un plazo variable e indeterminado. Tuvo que llegar el año 20132 para que Tomás Havranek

y Marek Rusnak encuentren que el rezago es 18,2 meses con casos de un mínimo en 1 mes y 57 meses en el caso más largo. Por ejemplo, los EEUU y México tienden a absorber los excedentes en plazos de 6 a 15 meses.

Que los plazos sean de 18 a 24 meses se encuentra en los plazos indicados pero no por mediciones realizadas en Argentina.

Ahora bien, y yendo al caso pensado en su origen, el que enuncia Friedman, ¿qué es eso de un rezago?

Sucede que en todo proceso económico, cuando varía la actividad económica, también varían las magnitudes individuales en las transacciones económicas.

Que Usted, estimado lector, compre menos carne o concurra menos a disfrutar de la gastronomía profesional, impacta en una menor circulación de pesos. Claro que algunas personas circularán menos dinero y otros más. Pues bien, los productos o servicios que se intercambian en esas cantidades resultan ser los absorbentes o rechazantes de dinero.

Si Usted compra pan, y para eso utiliza más cantidad nominal de dinero, esa actividad económica, la venta de pan, será un absorbente de dinero.

Si por alguna razón las personas deciden comprar nominalmente menos cantidad de servicios de gastronomía, ese nodo económico que antes absorbía dinero… ahora lo rechaza.

Generalizando todas las opciones que existen en un país, serán absorbentes de dinero el consumo de las personas, el consumo de las administraciones de gobierno o gasto público, y las inversiones locales. Estos tres agregados, llamados macroeconómicos, constituyen la absorción doméstica.

Pues bien, que un excedente de liquidez tarde un plazo de 18 a 24 meses, de ser ciertas esas magnitudes, es que en ese plazo los agregados macroeconómicos absorben.

¿Por qué 18 a 24 meses?

Porque esos son plazos, más bien altos, para activar líneas de producción. En realidad, en algunos casos con 6 meses, o menos, bastaría.

Y ¿cómo sería el mecanismo?

La absorción doméstica, preferentemente por inversión bruta local y fija, generaría incrementos en los volúmenes de productos en el mercado que, al ser vendidos a su consumo final, absorberán ese dinero.

En este caso, el mencionado, la absorción será tanto nominal como real.

Ahora bien, existe otro escenario.

Aquel donde los agregados absorben nominalmente, pero no en términos reales. Eso sucede cuando la absorción no es por cantidades sino por precios.

Alta inflación absorbe el excedente pero, en ese caso, no hay ni 18 y ni 24 y ningún intermedio plazo. La absorción se produce en 2 o 3 meses pero con menor capacidad instalada.

Nada para festejar, si es con menor capacidad instalada.

Es realmente raro que en tres meses la política haya cambiado del rezago de 18 meses, donde se espera un incremento en el nivel de producción, a otro donde se fuerza la liquidación de capacidad de compra por absorción real negativa.

Friedman entendía una política de normalización paulatina que concluye en una economía con más producción, no menos.

Esto es lo que debiera suceder en Argentina.

Las políticas, originalmente correctas por estimación de rezagos de 18 a 24 meses sea realmente eso y que encuentre al país reinvertido, no remonetizado.

1Friedman, M. (1972) ¿Have Monetary Policies Failed? American Economic Review 62 (2): 11–18.

2Havranek, T. y Rusnak, M. (2013). Transmission Lags of Monetary Policy: A Meta-Analysis. The International Journal of Central Banking, 33: 39-75.

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